Por: El Escribiente
Habrá sido un batidero monumental o lo que sea, pero la elección que vivimos ayer fue la consumación de una gran sacudida al Poder Judicial de la Federación y al Poder Judicial del Estado, que buena falta les hacía a sus titulares, ministros, magistrados y jueces, para avanzar, cuando menos un milímetro, en la erradicación de las prácticas corruptas e injustas que por décadas lo han caracterizado.
Si bien hubo prácticas “democráticas” de acarreo, mapachería, compra de votos y demás, el proceso electoral representa un avance en la democratización real de toda la vida pública del país, más allá juzgar la reforma judicial como un capricho del expresidente Andrés Manuel López Obrador, avalado y sacado adelante por la presidenta Claudia Sheinbaum.
Sigue ahora esperar un plazo de entre una y dos semanas para conocer a los ganadores y los perdedores de esta contienda, especialmente en el caso de Chihuahua.
Aquí, los equipos en disputa fueron, por un lado, la gobernadora Maru Campos y el alcalde de la ciudad, Marco Bonilla Mendoza, cuyos capitanes, Santiago de la Peña y Roberto Fuentes, se jugaron el pellejo de forma directa para ganar el control del Poder Judicial.
En otra banda, fueron los morenistas fragmentados en varios equipos los que contendieron: Ariadna Montiel, secretaria del Bienestar, como principal cabeza federal en el estado; los senadores Juan Carlos Loera y Andrea Chávez, así como el alcalde de Juárez, Cruz Pérez Cuéllar.
Quiénes y ganan y quiénes pierden, es la incógnita que deberemos despejar en las próximas semanas, porque finalmente esta contienda medirá no la fuerza ciudadana sino la capacidad de movilización de los partidos políticos y los gobiernos.
* Apenas en la entrega de la semana pasada dábamos cuenta de la reunión de “unos mil años de cárcel” en el carísimo restaurante Dos Aguas del Distrito 1, donde posaron felices y contentos el exgobernador César Duarte, el exalcalde de Chihuahua Javier Garfio, el empresario compadre del expanista y hoy morenista Javier Corral, Eduardo Almeida, César Dajlala, Víctor Juárez, Alejandro Parra y el exauditor del Estado en pleno duartismo, Jesús Manuel Esparza Flores, a quien los parralenses conocen más como “El Coyote”.
Publicamos el lunes pasado que ese encuentro del duartismo era una clara señal de la protección de la que gozan ahora por un sistema de justicia que dejó de estar en manos del prófugo con fuero, Corral Jurado, cuyo quinquenio se distinguió por dejar caer a Chihuahua a los últimos lugares en materia de finanzas, obra pública y seguridad, por estar obsesionado con llevar a Duarte a la cárcel.
“Para otros más, la foto no es más que una reunión de posibles morenistas en el futuro, debido a que el partido de la 4T es reconocido por recoger el cascajo, la basura, los desechos del PRI y el PAN y demás parásitos de la partidocracia mexicana”, también reseñamos.
Pues bien, mal circuló esa foto y muchos comentarios en redes, cuando desde Palacio Nacional, el martes mismo, la presidenta Claudia Sheinbaum y el director de la Comisión Nacional del Agua, Efraín Morales, dieron a conocer una ruda intervención en el rancho El Saucito de Duarte Jáquez, para destruir cinco represas que retenían el agua de varios ríos y arroyos serranos, de forma ilegal.
Fue un fuerte estatequieto, es como puede interpretarse, dado desde Palacio Nacional a Duarte Jáquez, después de múltiples apariciones públicas, dado que el exgobernador anda tan campante, como si no le debiera a Coppel, como dicen los agentes del Ministerio Público acerca de quienes tienen procesados y parecen estar completamente despreocupados.
Quedó claro que la 4T no ve bien que el exmandatario ande de lucidito en las calles y restaurantes, haciendo chistes, dando entrevistas y hasta declamando ridículos poemas sobre Parral, mientras permanece vinculado a un proceso penal. En libertad, pero en la espera de un juicio oral que, suponemos, alguien no quiere realizar para que se vaya diluyendo el caso.
Decíamos en la entrega pasada, y vale la pena reiterarlo: pobre el estado de Chihuahua, que padeció 11 años consecutivos de latrocinio, corrupción e ineficiencia, cada periodo con su respectiva dosis de todo, tanta que hasta la fecha seguimos pagando las consecuencias de una hacienda pública endeudada, quebrada y con casi nulo margen de maniobra para poner en marcha políticas públicas eficaces para el desarrollo.Duarte ahora reaparece como líder de su secta de ladronzuelos y Corral descansa, como le gusta, en su escaño de senador plurinominal, lo único que sabe hacer aparte de hablar mordiéndose la lengua hasta sacarse sangre de tanta mentira que dice.
* Una cabeza dentro de una hielera de unicel fue abandonada el sábado por la mañana en la colonia Zaragoza de Ciudad Juárez, en un hecho que llevó a recordar los años sangrientos de 2008, 2009 y 2010, cuando la plaza fronteriza era disputada por las súper estructuras del Cártel de los Carrillo Fuentes, La Línea, y el Cártel del Chapo Guzmán, el de Sinaloa.
El hallazgo de este fin de semana ocurrió en la calle Benito Juárez y Ramón Rayón, donde personas reportaron a la policía que encontraron la extremidad cefálica y el mensaje intimidante, pasadas las 06:00 horas.
“Para los Cabrera, sigan mandando más pendejos” atentamente NCDJ, decía en la cartulina blanca dejada en el lugar, mensaje que, como dijimos, era similar a aquellos narcomensajes que señalaban: “Para los que siguen sin creer…”, y enlistaban nombres y apellidos de comandantes de diversas corporaciones alineados a un cártel o a otro.
En este caso llamó la atención las amenazas dirigidas al grupo delictivo “Los Cabrera”, facción del Cártel de Sinaloa que maneja el Valle de Juárez e intenta desplazar a la Línea de la región de Aldama hasta Ojinaga.
Quiere decir, entonces, que “Los Cabrera” pretenden invadir las plazas hasta hoy dominadas por La Línea, el Nuevo Cártel de Juárez o su otra cara, La Empresa, con otras tantas denominaciones de células bajo la estructura horizontal del grupo criminal que no cede el poder en la frontera.