Por Noel González Jiménez
Problemas en el país hay y muchos, desgraciadamente quien prometió resolverlos ya no está y no ha salido a dar la cara ante los ya visibles fracasos de sus caprichos como mini emperador, viviendo en Palacio Nacional, dándole atole con el dedo a los mexicanos y mintiendo todos los días, tratando de vender la idea de que se vivía en un país donde no pasaba nada y todo era felicidad y “bienestar”, cuando la realidad decía que México estaba atravesando por uno de sus peores momentos.
Hoy los mexicanos estamos pagando por las inacciones del gobierno pasado y las del actual, por su ceguera política, por su rencor hacia los expresidentes emanados del PRI y del PAN, por su nula capacidad de reconocer que lo que prometió era muy difícil de cumplir o imposible, pero el expresidente Andrés Manuel López Obrador y ahora la presidenta Claudia Sheinbaum, se aprovecharon de la buena voluntad de un pueblo lastimado por la pobreza para engañarlos y con una tarjeta con dinero comprar su conciencia política.
Hoy estamos ante una crisis nacional por la falta de lluvias, la sequía extrema, los cientos de incendios forestales, y la ola de calor intensa que se siente en cada rincón de nuestro país. Antes contábamos con el Fondo de Desastres Naturales (Fonden) para hacer frente a estas eventualidades naturales, pero la ambición y la falta de un análisis científico por parte de la administración pasada, acabaron con este fondo que era, y aún es, indispensable para hacer frente a los desastres naturales.
Las políticas emprendidas por la administración de AMLO derrumbaron lo poco que, hasta la administración de Enrique Peña Nieto, se había construido en cada rubro.
Estas malas decisiones hoy se están pagando en todo el territorio nacional, pero me quiero referir en particular al estado grande de México, que está atravesando por una de sus peores crisis, por un lado, se tiene la intensa sequía que azota al estado desde el 2020, por otro, los incendios forestales que están acabando con miles de hectáreas de la zona serrana y desplazando a cientos de familias y ahora se suma la ola intensa de calor.
La crisis hídrica combinada con las altas temperaturas ha creado una situación crítica que afecta profundamente a la región. Esta combinación de factores climáticos y de gestión del agua ha llevado a un estado de emergencia en varios aspectos de la vida diaria y económica del estado.
Sectores como la agricultura y ganadería son los más vulnerables. La agricultura, que depende en gran medida del riego, se ha visto gravemente afectada. Desde el 2020 los agricultores han batallado para poder producir ya que ante la sequía sus cultivos se marchitan y las cosechas disminuyen, lo que ha llevado a pérdidas económicas significativas. La ganadería también sufre, ya que la falta de agua y pasto adecuado han puesto en riesgo la supervivencia del ganado. Esta suma de eventos catastróficos para la producción trae severas consecuencias para la economía de los agricultores, ganaderos, familias jornaleras y en general para la economía local.
En todo el norte de nuestro país se están sintiendo los efectos del cambio climático, de la descontrolada explotación de nuestros recursos naturales y los efectos de la actividad industrial. El aumento de las temperaturas y la reducción de las precipitaciones han exacerbado la sequía en gran parte de México, reducido drásticamente los niveles de agua en ríos, presas y acuíferos. Un fenómeno sucede a otro, por la ola de calor las familias consumen más agua, el consumo de energía también aumenta generando todos los días apagones, dañando significativamente los pozos de abastecimiento.
La realidad para miles de familias se complica ante la falta de una política efectiva para la gestión y conservación del agua, la infraestructura hídrica inadecuada y la falta de mantenimiento también han llevado a pérdidas significativas del vital líquido.
Hoy nos debe ocupar el exigir a nuestras autoridades como sociedad organizada y educada que se implementen políticas de gestión integral del recurso hídrico que incluyan la conservación, la reutilización y el uso eficiente del mismo. Promover prácticas agrícolas sostenibles y tecnologías de riego eficientes. Mejorar la infraestructura para la captación, almacenamiento y distribución del agua.
La crisis hídrica es un problema complejo que requiere un enfoque multifacético y una acción coordinada entre el gobierno, la comunidad y los sectores económicos. La adopción de medidas sostenibles y la inversión en infraestructura son esenciales para mitigar los impactos y asegurar un suministro de agua adecuado para las generaciones futuras.
El problema hídrico es real y se complica con la exigencia de la estrega de agua a Estados Unidos por el acurdo del Tratado de Aguas Internacionales de 1944 entre México y el país vecino. Lo más preocupante es que no se ha presentado un plan que no perjudique a los mexicanos, la presidenta trata de desviar esta problemática pero la realidad es dura y no perdona, y como siempre, los que terminan pagando las consecuencias son los pobres.


