Desde tempranas horas de este lunes, los migrantes que habitan en el campamento improvisado de la avenida Juan Pablo II, en la colonia Aeropuerto, comenzaron a reinstalarse tras el incendio que consumió parte de sus viviendas el día de ayer. Con ayuda de ciudadanos, quienes llevaron hules negros, colchas y maderas, los migrantes se dedicaron a limpiar y reconstruir sus refugios.
El campamento, conformado principalmente por migrantes venezolanos en busca de alcanzar el sueño americano, muestra un panorama desolador. Rodeado por plásticos negros y casas de campaña improvisadas, los migrantes encienden fuego con basura y madera para combatir las bajas temperaturas. El incendio, que destruyó varias de sus viviendas, aparentemente fue provocado por una fuga de gas en un cilindro mientras cocinaban.
Este espacio sigue siendo motivo de controversia. Mientras algunos ciudadanos exigen su desalojo por considerar que no deberían permanecer ahí, otros muestran solidaridad llevando cobijas, chamarras y alimentos. La comunidad se encuentra dividida ante la situación de estas personas, quienes han hecho de este campamento su hogar temporal mientras luchan por llegar a Estados Unidos.
A pesar de las adversidades, los migrantes continúan resistiendo, enfrentando el frío, la precariedad y los desafíos diarios, con la esperanza de alcanzar un futuro mejor. La tragedia del incendio ha puesto en evidencia tanto su vulnerabilidad como la división de opiniones en torno a su presencia.
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