La desesperación y el coraje invaden a los padres de familia, alumnos y trabajadores de una escuela primaria Vicente Guerrero en la calle novena y Soto Ponce ubicada en la colonia Desarrollo Urbano. Desde la pandemia, este centro educativo ha sido blanco constante de robos y actos vandálicos.
Entre los daños más graves, se reporta el saqueo de cableado eléctrico, tuberías, lámparas, mobiliario, herramientas y hasta materiales donados por empresas y autoridades. La institución ha tenido que lidiar con un entorno hostil que no solo afecta a sus instalaciones, sino que refleja un problema más profundo en la comunidad. Pese a las constantes denuncias ante las autoridades, los resultados son desalentadores. Los objetos robados nunca son recuperados, pues los ladrones, según se presume, malbaratan todo en tianguis.

Incluso, en un hecho indignante, uno de los delincuentes fue descubierto gracias a que dejó olvidados su cartera y teléfono en la escuela. Sin embargo, tuvo el descaro de regresar a reclamar sus pertenencias, lo que permitió a los trabajadores identificar su domicilio. A pesar de estos datos, la falta de acción por parte de las autoridades municipales mantiene la inseguridad como una constante en el día a día de esta comunidad educativa. Para agravar la situación, algunos padres y alumnos de la misma escuela parecen haberse beneficiado de los robos.

Se han identificado casos en los que familias han adquirido herramientas, bocinas, pintura, e incluso uniformes escolares robados a precios bajos. Aunque la escuela ha organizado actividades para reforzar la seguridad, instalando rejas, candados y cámaras, los robos no cesan.

Tan solo en la última semana, se han registrado tres hurtos: materiales deportivos el domingo, herramientas el martes y, más recientemente, equipos de las aulas y baños. El daño no es solo físico, sino emocional, pues el personal siente que los delincuentes “se ríen en su cara” y actúan con total impunidad. En un hecho insólito, los trabajadores llegaron a localizar el equipo de sonido robado cuando los ladrones lo conectaron por Bluetooth. Pero cuando intentaron recuperarlo con una orden de cateo, ya lo habían vendido. La situación evidencia la necesidad urgente de apoyo por parte de las autoridades y la comunidad para frenar esta ola de delincuencia que pone en jaque el futuro de la educación en esta escuela primaria.
