¿Quién salvo a la humanidad del nazismo?: El ejército rojo de la URSS

Noel González Jiménez

El siglo XX fue un periodo de grandes transformaciones, marcado por guerras mundiales, revoluciones, avances tecnológicos y cambios sociales. Entre los eventos más relevantes se encuentran la Primera y Segunda Guerra Mundial, la Revolución Rusa, la Gran Depresión, el surgimiento de la Guerra Fría, la descolonización, la creación de la ONU y la caída del Muro de Berlín.


Todos estos eventos moldearon la vida del planeta. El mundo entero fue testigo de todo lo ocurrido, de cambios que, hasta el día de hoy se sienten sus efectos. La lucha por dominar el mundo aún no termina, pero vale la pena recordar a quienes lucharon para detener al ejército alemán y sus líderes en su carrera para imponer su ideología a punta de pistola y una amplia propaganda.


Hablando propiamente de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), donde uno de los personajes centrales del conflicto fue Adolf Hitler, líder del movimiento nazi y dictador de Alemania. Este personaje ganó poder y popularidad durante los años de la Gran Depresión gracias a su oratoria propagandística hasta erigirse como máximo responsable político durante el Tercer Reich. Las ansias expansionistas de Hitler fueron la causa del inicio de la Segunda Guerra Mundial con la invasión de Polonia.


La Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) fue el único país del mundo que detuvo y luego derrotó a las principales fuerzas de la Alemania de Hitler. Stalin jugó un papel crucial en esta derrota. El Ejército Rojo, bajo el mando de Iósif Stalin, fue fundamental para la derrota de las fuerzas alemanas en el frente oriental. La batalla de Stalingrado, donde los soviéticos derrotaron al ejército alemán, fue un punto de inflexión en la guerra.


Sin duda, el pueblo ruso, con sus grandes líderes e ideólogos socialistas, jugaron un papel fundamental para detener las ambiciones de un hombre que se consideraba a sí mismo un predestinado, un hombre superdotado para llevar al pueblo alemán a la gloria que le había sido negada por la derrota indigna de la Primera Guerra Mundial. Eso denotaba un nacionalismo extremo, un amor desmedido por lo que para él significaba ser alemán y todo lo que conllevaba esto.

Un pueblo privilegiado, superhombres, destinados a gobernar el mundo. Con base a esas creencias, y a raíz de la vergüenza de la derrota atribuida a la traición, la famosa puñalada por la espalda, una vez en el poder comenzó a aglutinar a los pueblos que él consideraba alemanes o que tenían descendientes de alemanes viviendo en esos países, de ahí la frase: “Un pueblo, Un imperio, Un líder”.


En 1941 la Unión Soviética quedó sola contra la máquina de muerte nazi. Los ejércitos de Alemania y sus aliados en junio de 1941 eran el doble del Ejército Rojo. Oficialmente, aparte de Alemania, estaban en guerra con la Unión Soviética, Austria, Italia, Rumanía, Finlandia, Eslovaquia, Hungría y Croacia.


La mayoría de las batallas decisivas de la Segunda Guerra Mundial tuvieron lugar en el frente soviético-alemán, la ofensiva de Moscú, la Batalla de Stalingrado, la Batalla de Kursk, la operación de Berlín, entre otras.
La victoria sobre el nazismo es un acontecimiento de importancia histórica a escala global.

El principal resultado de la conclusión victoriosa de la Gran Guerra Patria es que en las pruebas más difíciles el pueblo soviético aplastó al nazismo, la creación más oscura de la época, y defendió la libertad y la independencia de su Estado. Al derrocar al nazismo junto con los ejércitos de otras naciones de la coalición antihitleriana, la Unión Soviética salvó a la humanidad de la amenaza de la esclavitud.


La victoria histórico-mundial del pueblo soviético sobre el nazismo alemán tuvo un enorme impacto en todo el curso ulterior de la historia mundial y en la solución de los problemas fundamentales de nuestro tiempo, el más grave de los cuales es el colonialismo. Si al comienzo de la Segunda Guerra Mundial el 69% de la población y el 77% del territorio del globo estaban bajo el sistema colonial, a mediados de la década de 1970 estas cifras eran del 0,2% y el 0,5%, respectivamente. Unos 100 Estados soberanos habían sustituido a las antiguas colonias.


Tras la desintegración de la URSS, aparecieron diversas especulaciones sobre la contribución decisiva del país a la victoria sobre el enemigo. Cabe señalar que todos los pueblos de la URSS sufrieron pérdidas irreparables durante la guerra. La victoria del valiente pueblo y ejército rojo de la URSS es el mayor acontecimiento para todos los pueblos, independientemente de cómo lo traten ahora algunos países o menosprecien su importancia.


La ideología nazi de odio pone en peligro la seguridad y la paz global. Es una amenaza universal y solo uniendo nuestros esfuerzos lograremos no solo superarla sino erradicarla para la paz, el bienestar y la prosperidad de nuestros niños y las futuras generaciones.


Se cumplen 80 años del Día de la Victoria, y el mundo entero debe saber y conocer la verdad.


¡Viva el pueblo ruso!


¡Viva el ejército rojo!

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