Policía denuncia acoso y violencia dentro de la DSPM, pero la ignoran

Chihuahua, Chih.- La famosa Cruz de Clavos en Chihuahua se convirtió en el epicentro de una protesta llena de indignación y exigencias de justicia. Activistas de la Asamblea Feminista tomaron las calles en respaldo a Cristina Fabiola Carrillo Gutiérrez, una agente de la Policía Municipal que ha denunciado violencia laboral y sexual dentro de la corporación.

Bajo el grito de “No más impunidad”, las manifestantes señalaron la complicidad institucional y la falta de respuesta de las autoridades, exigiendo que la Dirección de Seguridad Pública Municipal y el Instituto Municipal de la Mujer hagan su trabajo. Porque, al parecer, las denuncias solo sirven para adornar archivos.

“No estoy enojada por un turno, estoy enojada porque no hacen nada”

Cristina Carrillo, con 18 años de servicio en la Policía, desmintió públicamente al alcalde Marco Bonilla, quien minimizó su denuncia, sugiriendo que su molestia era por cambios de turno y el retiro de su unidad.

“En la mañana escuché al alcalde decir que mi enojo es porque me quitaron la unidad y me cambiaron de turno, y eso es completamente falso”, declaró Carrillo. Su denuncia es mucho más grave, pues asegura que su agresor sigue patrullando cerca de su casa, pese a que solicitó su reubicación por miedo a represalias.

“Violencia con licencia”

Las activistas hicieron énfasis en la falta de perspectiva de género en los procesos judiciales y recordaron que, de acuerdo con la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, el caso de Carrillo debería ser tratado con urgencia y protocolos adecuados. Sin embargo, el Instituto Municipal de la Mujer se lavó las manos, alegando que “no es de su competencia”.

El mensaje fue claro: si la justicia no llega por las buenas, la presión social la va a traer a rastras.

Las calles hablaron: “En la violencia sexual hay complicidad institucional”

Pancartas, gritos y exigencias resonaron en la protesta. Frases como “No a la violencia institucional” y “La complicidad también es un crimen” se leyeron en los carteles que alzaron las manifestantes.

La Asamblea Feminista dejó claro que este no será un caso que se quede en el olvido. Seguirán acompañando a Cristina Carrillo hasta que las autoridades dejen de hacerse de la vista gorda y actúen como corresponde.

Mientras tanto, el agresor sigue patrullando.

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