Más de 2.000 personas han perdido la vida debido al devastador terremoto que azotó Myanmar el pasado viernes.
El sismo de 7,7 grados de magnitud causó daños masivos en la región de Mandalay, dejando más de 3.900 heridos y cerca de 270 personas desaparecidas.
Los equipos de rescate locales e internacionales trabajan sin descanso para salvar a las personas atrapadas bajo los escombros.
Sin embargo, los esfuerzos de rescate se ven obstaculizados por la guerra civil en curso y el calor sofocante que azota la región.
Ante esto, la Organización Mundial de la Salud ha lanzado un llamado urgente para recaudar $8 millones para ayudar a las víctimas del terremoto. Mientras tanto, la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja han hecho un llamado de emergencia por valor de más de $100 millones para ayudar a 100.000 personas con socorros vitales y apoyo a la recuperación temprana durante los próximos 24 meses.
Sin embargo, el Servicio Geológico de Estados Unidos estima que la cifra de muertos podría llegar a las 10.000 personas.
