Chihuahua.- Maru es madre de dos hijos y todos los días se coloca afuera del Alsuper ubicado en Anthony Quinn y Guillermo Prieto Luján, con una pequeña mesa y varias charolas llenas de gelatinas que vende a 10 pesos cada una.
Sin importar el calor o el cansancio, la señora sostiene su pequeño negocio con dignidad.
No pide limosna ni muebles regalados; solo espera que los ciudadanos se acerquen y compren una gelatina.
Cada venta le permite cubrir los gastos más urgentes para sus hijos, desde útiles escolares hasta comida. Su historia se ha vuelto un ejemplo de esfuerzo silencioso.
Vecinos y clientes frecuentes la reconocen por su actitud amable y la calidad de sus productos. Muchos invitan a quienes pasan por el lugar a apoyar esta noble causa.
