Chihuahua, entre incendios forestales y la indiferencia del Gobierno Federal


Lenin Nelson Rosales Córdova


El Estado grande de México, atraviesa por una situación verdaderamente catastrófica, los intensos y devastadores incendios forestales están dejando severas cicatrices y afectando a los cerca de 4 millones de chihuahuenses que, según datos del el Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática (INEGI) viven en la entidad– sin mencionar a los pobladores de los vecinos estados de Sinaloa y Sonora que también se ven afectados- pero, sin duda, los que están viviendo y padeciendo ésta terrible situación son nuestros hermanos de la Sierra Tarahumara, quienes solo son vistos por los funcionarios públicos como elementos indispensables para tomarse la foto en sus recorridos por la Sierra, sin importarles los efectos de la sequía, la creciente inseguridad y ahora los incontrolables incendios forestales, dejando a su suerte a cientos de familias serranas.

Y es que es de no creerse que la mandataria Federal, la Lic. Claudia Sheinbaum Pardo, no se detenga un momento en su ya conocida y heredada “mañanera” para atender la problemática de los incendios que están acabando con miles de hectáreas en todo el país, demostrando su indolencia ante las afectaciones de miles de comunidades.


En la zona serrana de Chihuahua los incendios están a la orden del día, esta sequía, que se ha prolongado por varios años, está creando las condiciones para que estos eventos aparezcan todos los días, pero eso las autoridades ya lo saben y sin embargo no fueron capaces de establecer un plan preventivo eficaz, o por lo menos tener el recurso necesario para atender la problemática.

En lo que va de 2025, la superficie acumulada perjudicada por conflagraciones forestales, en el Estado, suman 90 mil 863 hectáreas, según datos de la Comisión Estatal de Protección Civil (CEPC) dejando severos daños en la flora y fauna, además de decenas de familias desplazadas por el fuego, algunos de ellos, como en el caso de Bocoyna, perdieron su casa.


Citando este triste caso, habitantes del Ejido Ahuichique, urgieron la ayuda tanto de las autoridades como de la población en general, al reportar que se había salió de control uno de los incendios forestales que se registraban en la zona cercana al seccional de San Juanito, el cual consumió dos viviendas, además de ocasionar heridas a dos voluntarios que resultaron con quemaduras de primero y segundo grado principalmente en brazos.
Las afectaciones por los incendios pegan duramente a los pobladores, ya que los deja sin el servicio de energía eléctrica, sin agua, las carreteras se cierran, sin servicio de internet, sus pocos cultivos se pierden, sus animales se mueren, en pocas palabras, se ven entre la espada y la pared, sumado a la indiferencia de las autoridades federales.


¿Cómo es posible que en un país propenso a fuertes fenómenos naturales no tenga una planeación eficiente y recursos para hacer frente a posibles desastres?


Debemos entender que en un país donde los fenómenos naturales son inevitables, la forma en que una sociedad responde y se recupera de estos eventos está ligada a las decisiones políticas tomadas en tiempos de calma que deben priorizar la protección y seguridad de las poblaciones más vulnerables. Nuestro gobierno debe invertir en la prevención para desastres y garantizar que la ayuda llegue a quienes más la necesitan, pero no lo hace.


En nuestro país, las decisiones de nuestros políticos han tenido consecuencias perjudiciales, un ejemplo de ello, es la desaparición del Fondo de Desastres Naturales (Fonden). Este fondo, creado en 1996, tenía como objetivo proporcionar apoyo a los estados y entidades de la administración pública federal en tiempos de catástrofes naturales. El Fonden desempeñaba un papel vital para la población afectada, al suministrar auxilio y asistencia, con su activación mediante declaratorias de emergencia o desastre.


Las políticas emprendidas por el Gobierno Federal están desconectadas de las necesidades reales de las personas, es increíble que en la agenda nacional estén solo anotadas las elecciones del 2027 en Chihuahua, donde funcionarios morenistas siguen lucrando con las necesidades del pueblo, como en el tema de la salud.


Valientes, sí, muy valientes los pobladores que se arman de valor para tratar de controlar los incendios pese a la nula ayuda del gobierno. Esta situación se suma a miles de casos que nos demuestran que quien realmente puede cambiar el rumbo de nuestro país es el pueblo, de nada sirve una tarjetita del “Bienestar” cuando se vive un infierno, en toda la extensión de la palabra.

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