Chihuahua, Chih.,- Una singular contradicción ciudadana acapara la atención: frente a las instalaciones de la Junta Municipal de Agua y Saneamiento (JMAS), en avenida Ocampo, se registra desde hace horas una fuga constante de agua potable. La corriente, que discurre libremente por la calle, provoca salpicaduras y hace que varios automóviles patinen o se “fríen” al pasar, tal como han denunciado automovilistas y peatones afectados.
Lo que los ciudadanos consideran un grave desdén hacia su obligación institucional, ocurre mientras gran parte de la ciudad enfrenta un recorte del suministro. Hace solo unos días, la JMAS anunció que se suspendería el funcionamiento de pozos durante 24 horas en medio Chihuahua, motivo por el cual decenas de colonias se quedaron sin agua. “Que haya fuga justo frente a los directivos que deben evitarlo y no se actúe demuestra, otra vez, la indolencia administrativa”, concluyen varios vecinos.
El contraste entre una infraestructura que desperdicia agua a cielo abierto y una población que sufre cortes prolongados habla de ineficiencia operativa y falta de prioridades. Expertos en gestión hídrica sostienen que, si bien las fugas pequeñas son comunes, ninguna debería permanecer sin atención en sitios críticos como las oficinas de la JMAS. Convocan a que las autoridades intervengan de inmediato, reparen la fuga y expliquen las razones por las que muchas colonias fueron dejadas sin suministro.
La denuncia, enviada formalmente a través de medios digitales y grupos vecinales, exige también transparencia: se pide conocer el impacto real de los pozos detenidos, los sectores afectados y el plan de rehabilitación del sistema. La ciudadanía exige no solo soluciones técnicas, sino también la reparación de la confianza institucional perdida.
